Archivos Mensuales: agosto 2022

¿Quién dirige nuestros pasos?

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Es estudio indispensable para en verdad tratar de conocernos interiormente. La conciencia es la capacidad intuitiva sujeta a desarrollo y perfección por medio del raciocinio y la experiencia.

El ser humano, ocupa el eslabón más evolucionado en la gran cadena zoológica porque está dotado de facultades que lo distinguen; su inteligencia reflexiona, analiza y comprende su propia existencia, analiza el bien y el mal.

La conciencia y la inteligencia deben funcionar en perfecta armonía, importante es conservar en la memoria el siguiente mensaje: “Perfección en provecho propio y perfección en nuestros semejantes”. ¡Nunca intentar dejar de oír la voz de la conciencia! Las opiniones se dividen cuando nos preguntamos si los animales tienen conciencia.

La mejor respuesta es que en ellos la facultad consciente debe ser rudimentaria, reaccionan por miedo a lo desconocido, quizás cómo reacciona un ser humano carente de conocimientos familiares y solo conoce la vida indigente, para él, conseguir algo de comer es suficiente, desconoce lo que es la inteligencia, el valor, la prudencia y la filantropía, aunque posea un cerebro como cualquiera de nosotros, por eso es que, sus impulsos solo son intuitivos, tal vez comer aunque sea un desecho de comida rápida puede ser un manjar.

El ser humano es la única especie viva que puede descubrir el fuego controlado por él mismo y no sea esclavizado como Prometeo por descubrir el fuego; además es capaz de preparar sus alimentos y a medida que evoluciona los perfecciona y los convierte en excelentes manjares.

Queda claro que la conciencia es uno de los pilares fundamentales para indicarnos lo que hacemos mal y la manera de remediarlo.

Vida y muerte, de la creación divina

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Vida y muerte son efectos naturales y nada tienen que ver con el Alma. En el escrito bíblico se declara: “Dios creó al hombre del barro de la tierra, le sopló en la nariz el aliento de vida y él vivió”.

La interpretación que nos entregan los estudiosos, cuando ingresamos a este mundo dicen: por medio del aire nos entregan una alma personalidad que nos corresponde, y a partir de ese instante ya no dependeremos del vientre materno.  Ahora debemos cumplir con el escrito: “Ganarás el pan con el sudor de tu frente” Pronto comprendemos que nuestro cuerpo está fabricado con todo lo necesario para cubrir todas nuestras necesidades; esto es lo que nos hace diferentes al resto de las especies. Una máxima antigua dice: “Para vivir aislado en el campo, solo se necesita de la ayuda de un caballo, un perro y un gallo; el caballo nos ayuda en las tareas que requieren fuerza mayor a la nuestra, un perro nos avisa con el sonido que emite de cualquier peligro, y el gallo “cantará cuando es la hora de sembrar la semilla para producir nuestros alimentos”.

Todo en este universo está perfectamente equilibrado, permitiendo así la preservación de la vida en todas sus manifestaciones; cuando se enciende la “chispa” a la llegada a este mundo aplicamos los conocimientos transmitidos que, nos tiene reservados nuestra alma personalidad para todo el tiempo, de manera concatenada con el aprendizaje cotidiano personalizado y paulatinamente en la congregación social asignada para toda la vida.

Pareciera que la historia de vida estaba escrita de antemano y solo debemos descubrir a cada momento lo que se debe hacer y lo que no, por medio de las facultades recibidas en el paquete de tareas entregado al momento de nacer.

Pero, qué pasa con la muerte, creo le tenemos “miedo” por el desconocimiento de ese fenómeno, causado por la información externa que recibimos; trataré de explicar este asunto con un ejemplo escuchado hace más de cuarenta años lo cual, espero se comprenda para desechar todo fanatismo sobre la muerte.

Imaginemos presenciar un accidente automovilístico en el que aparecen dos cuerpos similares; uno de ellos parece estar dormido y su apariencia denota aspectos de dolor abiertamente pero no se mueve. A su lado aparece un personaje similar, ambos vestidos igual, parecieran uniformados de acuerdo a su trabajo y como de momento no sabemos nada de primeros auxilios, optamos por utilizar un alambre semirrígido y aplicamos una pequeña presión al que se queja y luego hacemos la misma operación con el otro y éste abre los ojos de inmediato y hasta se levanta por sus propios medios.

Si en ese momento contáramos con un microscopio muy fino, extraeríamos una gota de sangre a cada uno de ellos y el microscopio mostraría una gran diferencia; la gota de sangre del accidentado inmóvil no mostraría nada, en cambio la gota de sangre del que solo está inconsciente mostraría un movimiento vibratorio lo cual demostraría que se encuentra vivo, capaz de levantarse sin ayuda alguna.

Entendemos que la gota de sangre de ambos resulta totalmente diferente, el que se encuentra muerto nada muestra el microscopio, en cambio el otro se mantiene vibrando, de esto deduciríamos que la vibración de las moléculas del paciente “vivo”, en efecto sigue con vida, mostrando la diferencia de quien pierde la vida cuyas partículas de sangre se mantienen sin movimiento.

Esa es la diferencia entre la vida y la muerte, mientras vibren las células sanguíneas se dice que esa persona conserva la fuerza vital de vida.

ANATOMIA DE LAS ESPECIES VIVAS

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El proceso de vida de cada especie es semejante a una fábrica de maquinaria, donde un Ingeniero en jefe se encarga de supervisar que cada pieza sea colocada en el lugar que le corresponde y para comprender mejor este punto podemos imaginar nuestra estancia en el vientre materno.

La regla es que todas las especies vivas estamos hechas del mismo material, aunque esto suene fantasioso, los mismos materiales utilizados en la fabricación de un cuadrúpedo, son los mismos que se utilizan a lo largo de todas las especies, de manera que vale la pena entonces, tratar de comprender de que se trata la diferencia, lo cual explico ahora: Las investigaciones realizadas a lo largo de los tiempos indican esta teoría; cada especie es fabricada para cada función necesaria que mantenga saludable a todas las especies, inclusive los filósofos de cada tiempo se han puesto de acuerdo en dicha teoría; existen especies que producen veneno que utilizamos en su momento para conservar nuestra salud por medio de la transformación del producto.

Por lo anterior podemos deducir que es muy necesaria la comunidad de cada especie, porque cada una en su nivel tiene la obligación de trabajar en la producción de lo necesario para el bien de los demás. La naturaleza se ha encargado a través del tiempo de colocarnos a cada quien, en su lugar, no es descabellado declarar que somos “la especie privilegiada”.

Por lo tanto, sigue vigente el postulado de Francisco de Asís cuando declara que todos somos hermanos; Si, porque la materia prima es la misma para todas las especies ya que, la materia prima utilizada, es la misma para todo ser viviente, todos poseemos algo conocido como instinto y memoria conforme al objetivo de permanencia en este mundo y cada una con su propia evolución. La diferencia es que nuestra especie es la de mayores privilegios ya que, posee la inteligencia para crear las ciencias y las artes y la posibilidad de transformar la materia en infinidad de formas y objetivos, para apoyar el bien común. Inteligencia, rectitud, valor, prudencia y filantropía.

ANTESALA DE ESTA VIDA HASTA LLEGAR A ESTE MUNDO

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Ejercicio de retrospectiva

Quiero imaginar cómo pudo ser la estancia en el vientre de mi madre cuando me encontraba en la “ante sala de esta vida hasta la llegada a este mundo”.

Pudiera ser que desde el momento en que fui engendrado, mi madre comenzó a “construir” por medio de los mecanismos divinos colocando, durante nueve meses cada parte de mi cuerpo, mediante el protocolo “previsto” como una máquina.

En esa etapa nada me preocupaba, nunca sentí hambre, ni frío, todo era cálido en todos sentidos, hasta que llegó el momento en que me ordenaron “caminar” por un sendero desconocido y en determinado momento percibí un ambiente extraño, como si en mi entorno hablaran al mismo tiempo muchas personas, pero como me rodeaba una oscuridad determinada, nada podía ver.

La temperatura comenzó a presentar variantes: primero calor y luego mucho frío, al mismo tiempo se escuchaban sonidos totalmente desconocidos y quienes estaban cerca pronunciaban sonidos que ahora describo como palabras, pero nada comprensible, hasta que alguien me tomó en sus brazos y al acercarme a su cuerpo de manera agradable logró quitarme un malestar que me atacó casi de inmediato y al poco tiempo me separó de su cuerpo y mágicamente el malestar en la mitad de mi cuerpo ya no apareció y creo que en ese momento vuelvo a percibir oscuridad y no recuerdo más.