En efecto, el tiempo es ahora, los acontecimientos trágicos de los últimos días nos han dejado una gran información que nos ha lacerado durante más de 200 años, pues dependemos totalmente de los caprichos políticos.
Desde mis recuerdos de niño he escuchado que “estamos en crisis”, pero quienes gobiernan el país viven de maravilla porque todos sus gastos corren por cuenta de quienes aportamos vía impuestos dichos gastos.
Con los sismos de la semana nos enteramos que como ciudadanos carecemos de permiso para entregar en persona las aportaciones a los que todo lo han perdido y entonces resulta que el acopio de víveres y enseres solo los puede entregar el estado por medio de sus mecanismos que han dejado mucho que desear con su logística.
Por las redes sociales nos hemos enterado de muchas anomalías y lo peor del caso es que el estado nunca entrega cuentas, su frase favorita “se entregaron recursos al 70% de los afectados, etc. Pero esos porcentajes nunca sabemos con respecto a que datos y si son reales o no y si tienen nombre y apellido, así que nunca vamos a saber si los políticos han entregado lo que declaran y de donde se tomó ese dinero, porque las campañas de apoyo por los medios de comunicación nos bombardean con solicitudes y la verdad es que poco se confía en esas campañas.
Me queda claro que somos un pueblo noble, pero sin reglas claras, tampoco sabemos el destino de las aportaciones extranjeras y de los personajes famosos que de buena fe también aportan, de tal suerte que siempre quedamos a merced de nuestros gobernantes.
A estas alturas me quedo con varias reflexiones, cierto que somos pueblo indisciplinado hecho a voluntad del que gobierna, que no nos cree capaces de conducirnos sin su rectoría, que en su afán de “protegernos” se adueña de todo cuanto nos puede beneficiar y resultamos más desprotegidos.
La fórmula pudiera ser que nos dejen verdaderamente en libertad de trabajo, libertad de empresa, libertad de reunión, libertad de comercio, libertad de aseguramiento, libertad de enseñanza, libertad de prensa, libertad de pensamiento y que se nos rinda cuentas de cada peso que se recaude vía impuestos y que el se quiera dedicar a la política lo haga con sus propios medios y no con los nuestros.
Somos también un pueblo trabajador, por lo tanto, ya que no nos permiten los tratados fabricar maquinaria, entonces que le quiten aranceles a la maquinaria que ingresa para que su costo quede al alcance de nosotros y que tengamos la libertad de generar nuestra propia riqueza.
Talento sobra en los mexicanos. “El tiempo es ahora”, seamos libres en la práctica y no en la que predican los historiadores oficiales, son muchas las leyes que se han diseñado “para protegernos” es mejor que el poder judicial imparta verdadera justicia, que el poder legislativo solo se dedique a las leyes que nos protejan y deje de ser operador intermediario y que el poder ejecutivo, ejecute los mandatos con transparencia y equidad. El tiempo es ahora.