Moisés tomó como base los doce signos del
zodiaco y con ellos dio nombre a cada una de las tribus pastorales, comenzando
el año con el sol de primavera y terminar en el invierno, sus fundadores
conocían más el firmamento que la tierra en que vagaban, compararon y
representaron las constelaciones de cada uno de los doce meses por los animales
que les enriquecían o por sus observaciones.
tiempo era el carnero por su carne, leche y lana, que resolvía una buena parte
de sus necesidades, y como la constelación que admiraban en esos días de lo que
hoy conocemos como el mes de marzo, parecía tener dos astas, de allí que dieron
su nombre al primer signo como: Aries o el carnero.
pesadas cargas, fuerza necesaria en las
labores de la siembra, ubicando el mes
de abril como lo conocemos hoy, en el firmamento se forma una “V” perfecta como
la cabeza del animal valioso y fuerte, que en esa época era la esperanza en la
obtención de alimentos producidos en la tierra, y así establece el signo «Tauro».
en tiempos de moisés, provocaban inmensa alegría en la sociedad y como en lo
que definimos como el mes de mayo, predomina el vigor fecundo en toda la
creación, es la explicación encontrada por la caracterización de los mellizos
que da nombre al signo «Géminis».
sol, en el solsticio de estío,
llegaron a la conclusión de que el sol retrocede
del polo norte al polo sur y lo compararon con el cangrejo, convirtiéndose en
el signo «Cáncer» la constelación de junio.
observaron que devorado por la sed y el calor del mes de julio, abandonaba los
desiertos arenosos y aparecía en las riberas del «río nilo» y con la observación
celeste que proporciona una imagen de un león se denominó el signo «Leo» con el
león.
en la constelación aparece como una virgen segadora con la espiga de trigo en
la mano, simbólicamente se rinde homenaje a los alimentos que la tierra
proporciona, finalmente es una parte
fundamental de la preservación de la
especie humana por medio de una alimentación suficiente y adecuada.
noches son iguales en todo el mundo, la constelación de septiembre se designó
con el signo «Libra», simbolizada con una balanza, como símbolo del punto medio
entre el día y la noche, ni un instante más en el día, ni uno más en la noche,
el equilibrio en su máxima expresión.
La constelación de octubre mereció el
nombre de Escorpión por su figura, es el mes de frutos y cambios atmosféricos
así como en enfermedades, provocadas por los vientos mortíferos del desierto y
de las emanaciones de los pantanos, y el animal que lleva el veneno en la cola,
en algunas disciplinas es comparado con un serpentaria porque atraen con la
belleza y matan por la ponzoña.
hojas, el más fructífero del
cazador, es por eso que se estableció la figura de
un arquero con su flecha y su carcax, adquiriendo el nombre de «Sagitario».
invierno vuelve a demandar su camino, es como el salto de una cabra que se
complace en salvar precipicios y con la observación de la constelación en ese
tiempo, se redondean los datos que describen a esa cabra que conocemos como «Capricornio».
La nebulosa e ingrata estación de
invierno, tan cruda en enero, tuvo por constelación una estrella de inundación
porque el río Nilo comenzaba a subir al brillar su conjunto en el horizonte, de
manera que se denominó «Acuario» en alusión al agua de ese importante río.
necesaria cuando la tierra está cubierta de hielo y nada produce, en el
firmamento parecieron dos peces unidos por la cola, y entonces esa imagen
sirvió como símbolo del signo «Piscis».
A partir de entonces Moisés nombró a Gad,
con la constelación de Aries. A Efraín, con Tauro. Simeón, es géminis. Isacar
es Cáncer. Judá, es Leo. Neftalí es Virgo. Aser, es Libra. Dan, Escorpio.
Benjamín, Sagitario. Zabulón, Capricornio. Rubén, Acuario y José es Piscis. Es
posible que los datos anotados en este escrito pudieran ser cuestionables, pero
lo que me parece maravilloso es la manera de escudriñar en el firmamento y
hacer las comparaciones de la vida cotidiana, y así llegar al resultado
anotado.