Cuba la bella

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Cuba la bella
Por: Julio Torres

En estos días ha vuelto a colocarse en
las noticias de ocho columnas la isla de cuba por el saludo y acercamiento de
los mandatarios de Norte América y Cuba, y no he podido resistir la tentación
de hablar un poco de muchos amigos entrañables que conocí desde la década de
los cincuenta y durante las décadas siguientes, con la aclaración de que nunca
he estado en esa isla y esa bella ciudad de la habana, pero si tengo algunos
datos que me parecen importantes en estos días.

La alineación  estratégica necesaria en el objetivo de
conquista se llevó a cabo en esa isla y todos los acontecimientos ocurridos en
estas tierras se procesaban en la isla y después enviarlos a los reyes
católicos, así que los amigos cubanos que conocí a partir del año 1955 me
entregaron todo un panorama de la isla en esos tiempos.

No puedo dejar de mencionar la
trascendencia de la música de esos tiempos que trajeron muchos cubanos y las
grandes enseñanzas de los menesteres del espectáculo que uno a uno fue dejando
huella en cada

escenario de México en que se presentaban, debo abonar mi
apreciación en el sentido de que la música del “mambo” que sin afán de
exageración lo considero un “parte agua”, es decir, que la música bien se puede
dividir en un antes y un después del mambo.

En la década de los sesenta, incursioné
en el ambiente de la televisión de aquellos tiempos, del “nostálgico blanco y
negro” cuando estábamos

muy lejos de imaginar la tecnología de hoy, la
programación  era muy pobre, pero hecha
con todo el amor y candidez que nuestra edad nos permitía, no niego que fuimos
aprendiendo sobre la marcha y muchos artistas llegados de Cuba, entregaban
junto con nosotros lo mejor de su talento, aunque ya se había instituido en la
isla el régimen de Fidel Castro.

Pero ellos, los cubanos que lograron
llegar a estas tierras, cargaban en su

“morral” todo el entusiasmo de esa
tierra que poco a poco nos fue entregando y juntos logramos éxitos que nos
marcaron, a ellos y a nosotros, quizás criticamos entonces el que el nuevo
régimen había “apagado” la “chispa cubana” que tantas alegrías proporcionaba,
pero allí estaban ellos, trabajando intensamente tratando de dar lo mejor de
cada uno.

Los años siguieron su curso y a finales
de los años setenta volví a ver un

espectáculo de música y danza cubana, ahora
con nuevas generaciones y me sentí un tanto triste porque aquella alegría que
mostraban los conocidos míos ya se había perdido, pero un detalle que me
sorprendió es que ninguno de esos muchachos del grupo hablaba mal de Cuba, al
contrario, elogiaban con entusiasmo lo ocurrido en la isla y mostraban una
felicidad poco conocida por mí entonces.

En Cuba se transformó el sistema
educativo, la nueva generación está muy bien preparada en muchas ramas de la
ciencia, pareciera que dejaron guardados los instrumentos musicales o todo lo
que se refiere al espectáculo, sin embargo sé que prevalecen los grupos
musicales y la esencia del cubano sigue y quizás seguirá brillando en las
marquesinas de todo centro de espectáculo por lo menos en este nuevo mundo
porque, su estilo de hablar y su estilo de vida solo ha sufrido pequeñas
variantes.

En verdad deseo que las cosas cambien
como lo apuntaron los presidentes y que regrese la gran alegría y entusiasmo
que solo ellos, los cubanos pueden regalarnos y que se comience a escribir la
siguiente parte de la historia de la isla y que nos permitan conocer esa parte
que nosotros no conocemos y aunque criticable, también entregó buenos números,
creo que el cubano de hoy nos puede entregar su experiencia bajo un régimen
como el que han vivido, finalmente deseo que ya aparezca el nuevo día de Cuba
la bella.

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