Vida, nada me debes

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Vida, nada me debes
Por: julio Torres.

Muy
cerca de mi ocaso, yo te bendigo, vida, 
porque nunca me diste ni
esperanza fallida, ni trabajos injustos, ni pena
inmerecida. Fragmento de la poesía de Amado Nervo: “En paz”; He decidido
tomar estas palabras porque recientemente hemos sufrido en la familia la
pérdida de un ser querido, y durante los funerales, en algunos momentos me fue
imposible evitar la reflexión sobre la vida y la muerte, luego encuentro lo
siguiente cuando otro autor dice: “Si lo único seguro de la vida es la muerte,
temerle, significa no haber entendido la vida”.

Muerte
y vida o vida y muerte ha sido el enigma importante que finalmente no
comprendemos, es posible que esa sea la razón por la cual se hace necesario
creer en lo divino, imaginar que alguien creó todo esto

que conocemos como
mundo donde se desarrolla nuestra vida que nos entrega un gran paquete de
privilegios y regalos, aunque también nos entrega algunos dolores y hasta
lágrimas, pero así es el equilibrio de la vida, imagino que ese mismo
equilibrio es el que mantiene la vida y la muerte.

Imagino
el mundo maravilloso que se presenta ante nuestros ojos desde el momento en que
llegamos a este mundo en cualquiera de las condiciones, y ese proceso de
crecimiento que se convierte en un proceso de descubrimiento,

aunque de momento
no sepamos realmente de lo que se trata, al cabo de los días, indudablemente
que comenzamos a disfrutar de todo cuanto nos ofrece la experiencia de vida,
placentero fundamentalmente porque todo es nuevo y todo parece ser maravilloso,
convirtiéndonos en arquitectos de nuestro propio destino.

La
vida nos proporciona miel, pero al mismo tiempo nos entrega

hiel; así es el
equilibrio de la vida, de manera que a medida que acumulamos años, aceptamos la
miel y la hiel, no obstante a veces nuestros padres tratan de hacer que todo
parezca miel y cuando nos llega un poco de hiel, por sistema nos sentimos
desamparados tristes e incapaces de resolver hasta los problemas más
insignificantes, pero, la miel y la hiel juntas hacen milagros, nos dan la
oportunidad de hacer el bien, sin mirar a quien.

Como
dice Amado Nervo, yo también ahora me encuentro en el ocaso, pero de ninguna
manera puedo reclamar a la vida, ella me ha tratado como al mejor de sus hijos,
cierto que en ocasiones me ha dado mucha hiel, pero con la cantidad de miel que
he recibido, ha sido suficiente por la gracia de haber recibido esta vida, hoy,
haciendo una retrospectiva declaro que he recibido más miel que hiel y cada
mañana me despierto con el agradecimiento de poder ver este mundo

por lo menos
por un día más.

Quiero cerrar este pensamiento
transcribiendo la otra parte de “en paz” de Amado Nervo;que si extraje las mieles o la hiel
de las cosas fue porque en ellas puse hiel o mieles
sabrosas: 
cuando planté rosales, coseché siempre
rosas;…Cierto, a mis lozanías va a seguir el invierno:
¡más tú no me dijiste que mayo fuese
eterno!………..Hallé sin duda largas las noches de mis penas; mas no me
prometiste tan sólo noches

buenas; y en cambio tuve algunas santamente
serenas…….. Amé, fui amado, el sol acarició mi faz………. ¡Vida, nada me debes!
¡Vida, estamos en paz!

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