Bonito, feo, bueno, malo, día, noche, caliente frío, rápido,
lento y así, una serie de opuestos complementarios, es lo que en realidad
compone nuestro universo, lo mismo podemos decir de “salud y enfermedad”. Desde
siglos atrás muchos estudiosos han dedicado mucho tiempo, buscando la manera
de decirnos que la salud y la enfermedad simplemente son opuestas
complementarias y que la mejor manera de tratar una enfermedad del cuerpo, es
tratar de manera simultánea la mente del paciente.
desde el
siglo XIX emitió puntos de vista diferentes en los requisitos de la
terapéutica y curación en general, como defensor del principio de que el médico
considere tanto el bienestar psíquico del paciente como sus necesidades
físicas. El consideraba que, en un estado normal, el físico y el psíquico,
siempre estaban en equilibrio, por lo que, un disturbio en el ser físico
causaba un efecto dañino sobre el ser psíquico y emocional que necesitaba ser
curado al mismo tiempo.
un
accidente durante un tropezón y resultó dañada mi mano derecha, por razones
imponderables no me fue posible recibir atención inmediata, de manera que
esperamos tres días con curaciones empíricas, y cuando un terapeuta revisó el
daño, solo me dijo: Es mejor que continúe con las curaciones iniciadas y con
buena actitud, considero que la curación va a ser exitosa y efectivamente,
puedo afirmar que no ha quedado huella alguna de lo sucedido que se pueda ver
superficialmente.
de las
condiciones de una enfermedad producida por causas dañinas es solamente
un estado, no es salud fundamental o constitucional: la posesión de un poder
curativo que resiste a la enfermedad, mantiene todas las funciones de la vida,
podríamos ser aliviados de la enfermedad y con todo, estar expuestos a caer de
nuevo en condiciones negativas”.
constitución es más importante que el alivio inmediato de las condiciones
patológicas y es una doctrina característica de la nueva
fisiología que este
mejoramiento y elevación del tipo de la constitución requiera un aumento del
poder moral, un incremento de aquellas energías serenas que pertenecen al alma
y a las regiones superiores del cerebro y del cuerpo; en consecuencia, todo
tratamiento de higiene debería tener una tendencia ética y la persona que cura
debería tener por meta, si es posible, dejar a su paciente con una energía
exaltada de su naturaleza más elevada, la cual tendería a guiarlo hacia una
vida mejor y más sana.
grande es la fuente y naturaleza de la vida en sí misma, el otro misterio es el
de la enfermedad y el dolor, a pesar de todo lo que se ha escrito y
descubierto, publicado y dicho a cerca del cuerpo humano, todavía existen
muchos puntos fascinantes e interesantes que el promedio de las personas no
conoce ni comprende siquiera ligeramente, sugiero que recuerde que su propia
mente, tiene control sobre cualquier parte, cualquier célula, cualquier órgano
que funciona en su cuerpo, porque usted, debe vivir con su mente día a día y
recibir las consecuencias de su pensar y su falta de atención en los asuntos de
su cuerpo.
natural, debe tratar de descubrir lo que es esa violación e intentar corregir
la causa de la
enfermedad, en lugar de tratar la enfermedad y permitir que la
causa continúe, con frecuencia, la causa está profundamente enraizada en la
conciencia y en la mente, ni la cirugía, ni las drogas, o cualquier método
terapéutico ayudará si los hábitos inconscientes de pensar y las actitudes
inarmónicas le dominan, el paciente a menudo es el último en sospechar que son
los hábitos inconscientes y las actitudes mentales equivocadas son la causa
real del sufrimiento y por ende, la enfermedad y la salud. Cuando devolvemos la
salud al cuerpo, optimizamos la función del cerebro y ayudamos a la naturaleza
moral.