La disciplina es una palabra que nos provoca un estrés espantoso, hablar de disciplina equivale a preocupación, generalmente nos oponemos a seguir las reglas, el asunto es que simplemente nos tenemos que someter a una disciplina.
Cuantas veces a priori le damos vuelta a las cosas con tal de no acatar algún lineamiento por sencillo que parezca, sin embargo, no podemos evitar el preguntarnos si hemos tomado la decisión correcta.
Le damos vuelta a las cosas hasta enfermar e intentamos convencernos que hemos tomado el mejor camino, como si fuera primordial la auto justificación, tratando de convencer al otro yo, y que la situación se arregle o esperar que se resuelva por si sola.
La indecisión engendra desorden y confusión, se recomienda entonces la necesidad de acatar las órdenes de otra persona, cuando el respeto a los principios y las reglas de la vida, tiene un carácter noble y elevado.
Muy importante entonces resulta comprender la diferencia entre: la obediencia de la servidumbre y de la esclavitud, es necesario que la lucha de un asunto se lleve hasta sus últimas consecuencias, pero es primordial un alto poder de decisión, pero dicha decisión debe ser legítima.
Cuando se tiene frente a cada uno de nosotros una lucha delicada que exige sacar lo mejor de nosotros mismos es vital actuar con disciplina, habremos de acentuar muy claramente los objetivos.
En caso de necesitar ayuda debe pedirse, consultar a personas competentes, que sepan que es lo que se tiene que hacer, como una máquina efectiva donde cada pieza sabe lo que tiene que hacer, y claridad en el desempeño.
No son solo nuestros intereses personales los que están en juego, siempre están involucradas personas que nos han confiado su representación o su defensa, entonces, adoptemos una actitud decidida y comprensiva, es decir, una fuerza tranquila que conseguirá la simpatía de todos.
Desde luego, que se corre el riesgo de enfrentarse a un dragón de siete cabezas, puede ocurrir que en un momento dado ya no se distinga quien piensa y quien dirige, cada uno quiere opinar y tomar las riendas, en este momento se debe decidir que una sola persona ejerza la autoridad.
No debemos preocuparnos si descubrimos que alguien intenta perturbar nuestras decisiones y nos agreden al oponerse decididamente, habremos de reaccionar y hacer frente a la situación, pero no de cualquier manera.
Es el momento de trazar una estrategia, en primer lugar no mostrar ninguna fragilidad, agradecer a quienes han ayudado, pero sin exagerar el papel que cada uno ha tenido en el asunto.
A cada cual sus méritos y nada más, si exageramos la gratitud, corremos el riesgo de que intenten abusar de nosotros y utilicen todo en contra nuestra.
Recuerde, Cuando la obediencia se basa en el respeto a los principios y las reglas de la vida, se adquiere un carácter noble y elevado, la disciplina es la diferencia entre obediencia y esclavitud.